Hola, queridas novias.
Hace tiempo quería escribir este debate porque veo que muchas aminovias se andan preguntando cómo escoger a las damas de honor, cuántas deben ser y sus funciones. Lo mío va por el lado de contarles cómo me fue a mí. No quiero asustarlas, pero estén preparadas para todo a la hora de lidiar con sus damas. Mientras menos, creo que mejor.
Yo escogí como testigo y como una de mis damas de honor a mi amiga más antigua, nos hicimos amigas hace catorce años, la quiero mucho y vive en Surco, también, y trabaja freelance por lo que no le era difícil llegar al Parque de la Amistad. Por esas razones, era obvio que ella sería mi testigo, ya que mi otra mejor amiga vive en San Miguel y en ese tiempo trabajaba en horario rotativo.
Mi testigo me acompañó a buscar mi vestido, pero no mostraba interés en buscar el suyo. Mi otra mejor amiga le pedía encontrarse seguido y ella no podía. Yo trataba de entenderla porque tener una hijita pequeña y ser madre soltera no es fácil. Los días pasaban y mi mejor amiga quería comprarse el vestido para poder hacer los arreglos necesarios y no esperar a última hora, pero los primeros días de junio, mi testigo tenía otra boda y al parecer su atención estaba en hacerse su vestido de dama de honor para esa boda. Yo seguía tratando de entenderla. Cuando faltaban dos semanas para mi boda, mi testigo nos envió fotos de vestidos HORRIBLES que se habían hecho para la boda de inicios de junio, se notaba súper chuscón y yo no quería que mis damas se vean feas en mi boda. Obviamente, no le dije eso, pero le comenté que en otra tienda habrían vestidos más elegantes. Me contestó que tenía que gastar mucho con su hija y que solo podía pagar lo que pagó por el vestido horrible que usó en la boda de su amiga: 130 soles. En mi bondad (o desesperación) le ofrecí pagarle el vestido ya que el dinero no iba a ser impedimento para que ella se viera linda. ¿Ustedes creen que me contestó? NADA. Ni gracias. Y así pasaron los días.
No confirmó su asistencia a mi boda con el servicio que confirmación que contratamos. Ni me preguntó por el shower, ni nada. Y su silencio continuó.
Mi mejor amiga se aburrió de esperar y decidió comprarse un vestido lindo en USAdresses. Y yo tuve que tomar la decisión de dejar a mi testigo fuera de mi boda en el templo. Seguía invitada, pero ya no tendría el cargo de dama de honor porque no mostraba interés alguno y al parecer ni las ganas de aceptar que yo pagara por su vestido. Fue difícil hacerlo, pero debíamos avanzar y no se puede con personas así. CINCO días antes de mi boda, le escribió a mi mejor amiga para preguntarle por el color del vestido y la fecha para comprarlo. Ella le contestó que ya lo tenía. Al día siguiente, le pidió que la acompañe a buscarse uno del mismo color. Mi mejor amiga obviamente no le contestó. Ese mismo día me escribió para preguntarme si iría al Country Club a tomarse fotos conmigo antes de la boda. Y tuve que decirle que no se preocupara, que mi mejor amiga se ocuparía de todo. Al parecer, no le gustó la decisión porque no fue a mi shower al día siguiente. Me casaba por civil el día siguiente al shower y mi temor era que la muy payasa no se apareciera. Luego del shower, mi esposo me recogió y fuimos a su casa, su mamá contestó el intercom y me dijo que estaba durmiendo. Imagínense.
A la mañana siguiente, le pedí que estuviera media hora antes de la hora de la boda civil, la muy graciosa se apareció CINCO minutos antes. A mí ya me iba a reventar la cabeza del stress. No dije nada, pero ese día temprano le escribí una carta dejándole saber todo lo que me había herido de sus actitudes. Y le pedí que si se iba a aparecer en mi boda en el templo, sea con el compromiso de ser una buena amiga. Le di la carta. Naturalmente, no fue a mi boda.
Ahora que lo pienso y ya casi han pasado tres meses, aún me cuesta mucho aceptar que sus sentimientos por mí no eran buenos. Me da mucha pena porque yo la acompañé y fui buena amiga en situaciones muy duras para ella: cuando se embarazó a los 20 y tuvo que dejar la universidad, cuando se enteró que su novio (con el que sigue) seguía casado y viajando con su esposa, en fin, en diferentes situaciones de su vida.
Muchas personas me han dicho que su falta de compromiso o interés es una muestra de envidia o celos, no sé. Me da pena pensar eso porque yo no me hubiera sentido así, yo espero con ansias que mis amigas y primas se casen, me causa ilusión, me emociona ayudarlas o simplemente estar ahí.
Así que, tenemos que pensar BIEN a quiénes elegimos, como escribí al principio, mientras menos sean las damas, mejor es.
Encuentren personas responsables, comprometidas y que realmente las amen. Que el cariño y los deseos de bienestar por ustedes sean genuinos. A veces, quienes menos creemos, nos falla. Y así suene un poco frío se mi parte, escojan personas sin muchos problemas y con algo de holgura económica.
Si me han leído antes, saben que soy un poquito fría en mis decisiones y opiniones, pero esto realmente me dolió mucho.
Les dejo una foto de mi dama de honor, la única. Mi mejor amiga, quien realmente se alegró conmigo e hizo de todo para estar ahí linda y ayudarme en todo lo que pudo.
Las quiero, les deseo lo mejor. Ya saben, a pensar bien. 💗